Las emociones son comunes a todos los seres humanos
En esta serie, la geometría es más evidente, lo emocional funcionan como estructura.
El triángulo, por ejemplo, introduce una sensación de impulso y movimiento. Puede leerse como símbolo de dirección, cambio o transformación, un punto de partida que concentra energía y la proyecta hacia una vértice. Las líneas diagonales y horizontales refuerzan esta idea, generando trayectorias como corrientes internas.
Los rectángulos y planos rectilíneos aportan estabilidad o contención. Funcionan como zonas de pausa dentro de la intensidad del trazo gestual. Las superposiciones de planos y cortes abruptos abren y cierran espacios, sugiriendo que lo que se ve es solo una parte de una estructura mayor, algo que continúa más allá.
La textura densa y la pincelada libre actúan para romper la simetría, recordando que, incluso en el orden, siempre hay un margen para lo impredecible.
Las emociones son comunes a todos los seres humanos y las formas geométricas son un lenguaje visual universal. Esa combinación hace que la obra pueda conectar en varios planos o territorios internos o externos.